Un acantilado vertiginoso se extiende a mis pies. Veo para abajo, y veo como estas mordidas se trepan, ardientes hasta mi cuello, invaden mi mente, llenan mis pensamientos de leves quemaduras de cielo. El amor y la falta de amor son el oximoro fatal en el cual se empalan todos con orgullo. Los veteranos se reunen para enseñarse sus heridas y sus medallas. Todos son veteranos, heroes, mártires, o por lo menos cuentacuentos, historadores o testigos.
Las mordidas rugen al pie del acantilado para espantar los fanaticos de la trinchera. Que se vayan todos a cavar sus tumbas o escribir sus memorias que quiero un suspiro de paz, una mordida en el cuello y una negociación inegociable. El silencio tumba la seguridad de los que la tienen de disfraz (o de armadura).
Sentada al borde del acantilado, espero tranquilamente mis mordidas, esas que deshacen y contagian irremediablemente, mis quemaduras de cielo, mi suspiro de paz, el silencio.
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10 comentarios:
Ja, a mi me gusta que me muerdan las tetillas, jajajajaj. Bueno creo que ni al caso mi comentario, en fin Julie, te mando saludos, que pases buena semana, y que te den unas mordidas sabrosona.
Ojala... a ver quien se anima!
Que no sean agentes de tránsito y todo irá bien. Saludos.
Mis colmillos están afilados y esperando una razón de ser.
Claro, eso no significa nada. Ni tampoco significa todo.
Todo depende del receptor.
Abrazos.
y allá, a la espera, siempre queda la mordida estúpida del tiempo, de la repetición en la memoria. De la sublimación de lo que, acaso, tan sólo fue un espejismo.
besos niña! qué día nos vemos?
''los colmillos en el cuello...''
ahh, ni me recuerdes je
qué onda Drop?, que fregón tus letras enamoradas de la vida, ¿cómo sigues, como estás?
recibe besos y abrazos
ciao
Uuuuy, no se me enoje Drop, lo que escribí en el post aquel fueron cosas que escuché, no que piense yo personalmente. No tengo nada en contra de la monogamia, al contrario, me gusta tener relaciones estables; me dio risa lo que dijo micamarada y la forma en la que lo dijo. Saludos.
Los perros de la guerra siempre vienen a decirte lo feo que fue, lo mal que les fue, a contarte todo lo que sufrieron.. Nunca cuentan lo bonito, no? Entre trincheras, entre dentelladas, crecen flores, y ese recuerdo, tambien es bonito. Despues, a lamerse las heridas y a seguir adelante. Por cierto, en Mexico una vez un policia me dio una mordida, pero esto es otra historia.
Salud.
Y otra mordida, claro.
Salud por la saliva de las mordidas.
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