Vacuum Cleaning

De repente el me hablaba de amor. Y callé. Callé un largo rato. Que triste escucharlo decir esas cosas tan bellas aplicadas a mis propias incoherencias, a mis propias fallas. Me hubiera gustado que me lo dijera dos meses atras, asi, exactamente asi, con calma, con amor, sin querer demostrar nada.

De repente estaba a su lado en el taxi. Y callé. Callé y lloré en silencio. Quise decirle mil cosas para que no se fuera, para que no me deje ir... Hasta que puso su cabeza en mi hombro como para convencerme de que no era buena idea. Cuando yo puse mi cabeza en su hombro, me acarició el rostro y mi piel reconoció su tacto. Nos abrazamos gentilmente y me bajé.

De repente estaba hablando con un amigo y era muy sencillo. El amor como entendimiento, como castillo de aire entre dos personas, versus amor como vivencia, verbo, accion intrinseca. Esta bien, el amor pasa a huevo por el entendimiento. Ok gracias, me siento mejor. Si tan solo hubieramos podido comunicarnos... Talvez ahorita podríamos estar bien, o intentarlo, o por lo menos quererlo.

De repente estaba en mi cama. Y lloré. Se acabó. Ya no hay nada que hacer. Ya empezaron los preparativos para la ceremonia de amistad. Mil veces quise mandar el mensaje de cancelación. Pero no lo hice. Recordé y recordé mas cosas y apagué la luz y supliqué por que hoy se me haya olvidado. Pero no, no se me olvidó nada. Ni el amor, ni el desamor, la desilusion, mis fallas y las suyas, ni tampoco el vacio que tengo ahora en el lugar que ocupaba todo esto.